martes, 2 de abril de 2013

El régimen


Desde que tengo a los chuchis mi vida se ha convertido en una continua lucha contra el régimen. Y no, no soy comunista, ni fascista, ni de ninguna ideología extrema. Hablo del régimen alimenticio. De llenar el buche, vamos. Y es que del cuidado y la preocupación por una buena alimentación he ido pasando paulatinamente a una especie de fijación por el “aquí no se tira nada” que ha devenido en una obsesión compulsiva en toda regla: mantequilla con albóndigas, queso Kiri con quicos, calamares con nocilla, todo vale con tal de aprovechar hasta el último resquicio alimentario.
Pero hete aquí que la fijación obsesivo-compulsiva ha derivado en algo aún mucho peor, que es el acabar robándole la comida que tan amorosamente sirves a tus propios hijos para zampártela tú en un ataque de bulimia. “¿No quieres más boloñesa ¿verdad? Trae, trae”, “Dame ese trozo, que mami te ha puesto mucho”, “Deja, no comas más, dale a mami, mmmm, qué rico!” Y claro, al final acabo engullendo su comida, la mía, y la del perro que no tengo. Y ellos encantados, que saben que su madre se trinca hasta las pastillas del lavavajillas si me las aliñan, pues comen tan contentos hasta que ya no quieren más, y me llaman “maaaaami”, a la espera de la madre bocaquetodolopuedecamióndelabasurarecolectoracomemierda….¡al buche!
Estas vacaciones hemos estado tres días en Andorra, en un hotel donde la chica que venía a hacer la cama por la noche obsequiaba a los huéspedes con unos bomboncitos de lo más cool; y claro ella tan escamada porque siempre le pedía un par más: “son para mis chuchis hija, ya sabes, los críos adoooooran el chocolate”… Pobrecitos míos que en cuanto se disponían a abrir susodicha golosina aparecía servidora avasallando en plan desactivadora de los Tedax “¡no no quieto eso no no uy no malo caca aj!” y se lo arrebataba para esconderlo en el armario…y para luego más tarde acercarme a recuperarlos a lo Gollummitesoro y engullirlos a escondidas… imaginaos la cara del pobre Queridísimo cuando entra en la cocina alertado por unos gruñidos tipo “ñaj glu ñam jeje” y me pregunta:
-¿Estás bien?
- Fiiii…
¿Qué te pasa en la boca? ¿Estás bien?
-¿Eeeeeih? Fiiiii…
Me giro y dos hilos de baba marrón me caen por la comisura de los labios…la boca a reventar de bombones…
-¿Otra vez estas zampando?
-…Noooof…
-¿Son los bombones de los chuchis? Joder nena, lo tuyo es enfermedad…
-Nooof, no ef enfelmedá…ef amó maferná…lo fago fó fu bié…

Huelga decir evidentemente les estoy protegiendo de unas caries prematuras, que servidora necesitaba dosis extra de energía para pasarse la mañana tirando de trineo arriba y abajo como mula de carga, y que bien vale un atracón el velar por su salud y su dieta. Además qué leñe, que se lo han pasado teta en la nieve, que la cara de Chuchi I escupiendo nieve en su primer leñazo con el trineo ha sido todo un poema y que las doce barras de Toblerone que he traído escondidas debajo de la rueda de repuesto no son para mí, sino para regalar a la familia. Y que no soy una madre desnaturalizada, que lo que quiero es reírme con y de los chuchis hasta que me salten las lágrimas y me duelan las costillas, que cuando sean mayores y tengan uso de razón y me manden a la mierda por malamadre, coñazo y puñetera recordaré todos estos momentos y también lloraré, aunque será de nostalgia...

5 comentarios:

  1. ¡Realmente gracioso tu relato...¡JAJA! al mismo tiempo que lo terminé de leer ME DIO HAMBRE!!!
    SALUDOS!!

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  2. Vengo de lo de CEO
    genial tu texto!!!

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  3. Jajaja...me suena tanto esta historia! Antes de tener hijos, bueno, antes de tener tantos hijos, con la primera aún vigilaba la comida, todo eco, equilibrado, mi alimentación es tan importante como la de mi hija...Y ahora, solo como sobras! Robo los nuggets, la pasta o croquetas a mis hijos. Me escondo para comer nutella a cucharadas y tengo chocolate escondido! Así no hay manera de perder esos kilos de más.
    Me ha gustado tu estilo, ya te tengo fichada!

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  4. ¡Me parto! Me he visto tan reflejada. Yo le robaba la comida a la mayor cuando estaba embarazada del mediano y me habían puesto a regimen por diabetes gestacional. ¡Qué hambré pasé!
    Ahora, todo el día con el pavo y el aerobic y lo que tu dices de basurero de lo que los niños no quieren porque no me gusta tirar nada de nada a la barura.
    ¡Ah! Y me peleo con mis hijos por las chuches

    ¡Para lo que hemos quedado!

    www.sobrevolandoloscuarenta.blogspot.com

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